"..curioso que mientras los negros gringos cantan sus penas,
los negros latinos bailamos las nuestras."
Mañana es tu cumpleaños y te diste cuenta que crecer
significa menos gente que recuerde el día en que naciste.
Los amigos se nos van o se nos mueren.
Pero tranquilo, nosotros también somos inmigrantes.
Siempre fuimos inmigrantes.
Te lo gritaba el precio del pan cuando
hacías una cola de tres horas.
¿Qué es lo que duele?
¿El tiempo perdido
o el desgarro famélico?
Siempre fuimos inmigrantes.
Foráneos de narices sucias pegadas al cristal
del centro comercial.
O famélicos de aire acondicionado en nuestras casas.
Inmigrantes.
Huérfanos de padre y madre.
Hijos únicos en la parada del autobús.
En la cola del banco.
En el oncológico.
Inmigrantes sin salir de casa.
En la soledad de nuestras propias islas.
La quimioterapia es una isla.
La leucemia de Iván es una isla.
La botella de ron es una isla.
El padre llora ron y se bebe las lágrimas.
La madre se quiere matar antes de que le llegue
la hora de morirse.
Los niños no tienen tiempo para equivocarse.
Los jóvenes no tienen tiempo.
Siempre.
Siempre.
Casas muertas donde agonizan hogares.
Las venas negras no se terminan de desangrar.
Los payasos no terminan de contar sus chistes.
Somos muchos los que estamos solos.
El que dice que se va es porque ya se fue, a menos que
traigas el extranjero y se lo pongas en los pies.
Abrimos las ventanas pero nuestros hermanos están
demasiado lejos para poder verlos.
¿O somos nosotros los lejanos?
*favor de abordar por la puerta..*
Siempre fuimos inmigrantes
pero la esperanza emigró antes.