sábado, 18 de junio de 2016

"Moscú"

Él le dijo que no escribiría sobre ella. Ella dijo que estaba bien, que no creía que sería especial de todas formas. Tranquila, no escribiré sobre tí. Te lo prometo. Ella ladeó su cabeza, se acercó a él y lo besó. No movía mucho la boca ni usaba la lengua. Es una niña después de todo, pensaba él mientras le mordía el labio inferior. A modo de confesión ¿para qué soltar ese labio? La miró. Dos hermosos ojos cafés con manchas de ternura. Recordó una película de culto que había visto. Yo creo que el mundo moderno es un mundo de consumo en el que nunca agotamos toda la potencialidad del objeto. Nos venden lo efímero. Ella lo miró. Siempre tienes que arruinar tus momentos cursis, ¿cierto? Era evidente. No escribiré sobre tí. Pero sí escribiría sobre ella. Ella lo sabía como sabía que sí sería especial. Afuera llovía pero más cierto era que lo que tenían sería especial. Pero él no lo sabía. Todavía no, pensaba ella. Tenían puesta una película mala de las que usan diálogos forzados. Él amaba esas películas. Él la besó. Sus besos eran una película de culto. Ella era el tipo de chica que adoraba bailar pero que aprendió a amarrarse los zapatos después de los veinte. Él estaba más cerca de los treinta pero se sentía de quince cuando la besaba. No escribiré sobre tí, mentía. Afuera llovía o tal vez no. No importaba. Ella creía que a él no le importaba y por eso decía que a ella tampoco. Pero sí le importaba. No creo que vaya a ser especial, mentía. Él no podía apartar la mano de la cintura de ella. Era su lugar favorito en el mundo, después de Moscú. Había viajado un par de veces [ en sueños ]. Él tomó su guitarra e improvisaba acordes flojos. El sonido del níquel contra las yemas de sus dedos mientras cambiaba de acordes era su favorito en el mundo, después de la risa de ella. Todo es efímero, dijo ella. Todo se acaba, pero lo efímero es lo que se acaba más rápido, dijo él. La película terminó y él la seguía tomando de la cintura. Hablas más de lo que piensas y crees que eso es la sinceridad, dijo ella. Afuera dejó de llover o tal vez no. No importa lo que digas con palabras, dijo ella. Lo miró. Los ojos de él también eran cafés con manchas de ternura, pero brillaban más. Las cosas rotas también brillan. No escribiré sobre ti, mintió por última vez. Media sonrisa, como quien guarda un secreto entre sus dientes. Movió la cabeza hacia un lado. Él sabía que tenía un buen perfil y usaba la soberbia como máscara para sus emociones. Después de todo, no iba a ser especial. No sabía que sería especial. Estaré aquí sinceramente, dijo él. La miró. Se cayó la máscara. Se cayó la media sonrisa. Eso espero. Sino créeme que haré de tu vida una mierda, dijo ella. Lo besó. Empezó a llover en serio.

sábado, 4 de junio de 2016

"Malas palabras"

así que está el problema de que lo que observas cambie cuando lo hagas
la incertidumbre
pero desde la conciencia el observador es también lo observado, por lo que no hay dualidad ni problema
como una pintura de Leonid Afrémov
legendario cazador de crepúsculos
o cuando das lo mejor de ti y recibes una razón para no volver a hacerlo
o cuando mucha gente se te queda atorada en la garganta y a eso le llamas olvido

[ pero / y ] tomas todas las canciones que te hacen recordar y las metes en una botella que arrojas desde la azotea de un edificio, hacia una calle que no tiene mar
y el canto de los grillos le sirve de metrónomo al concierto de demonios que llevas en la cabeza

y está ella que, bueno..
es una promesa en medio de los escombros
una sonrisa dibujada con el dedo sobre el vaho de una ventana empañada
es bella, pero eso no es lo importante
lo importante son los detalles
la forma de caminar, con un paso torpe pero estético
la gracia de la única hoja viva que se resbala del techo del carro, cuando termina de llover
más que torpeza, ternura

el cabello negro, como los ojos, como el verdadero color del cielo
verdad en cada detalle
en un lunar
en una sonrisa
en su risa asmática
hay brillo pero a la vez no
es como un sueño, pero lúcido

dice que no fuma pero estoy seguro de que su lengua sabe a nicotina
y de que es de esas personas que cuando la agarras de la mano te acaricia con su pulgar, sin darse cuenta
entonces cuando la observo ella cambia a caos
se nebuliza de entropía
como el universo
donde hay nebulosas
como ella

y si este plano nació del azar y la entropía y el caos
estoy seguro de que esta última no puede ser una mala palabra.