miércoles, 6 de noviembre de 2013

"Tarde"

Te amo tango.
Perdón, se me resbaló el dedo en la tecla que no era.
Te amo tanto.
Aunque también, te amo tango.
Le devolviste la dicha de pegar la cara al cristal de la ventana cuando llueve, un domingo por la tarde.

Te quiero escribir en la espalda.
Te quiero escribir con la boca.
No me quedo por otra razón, que no sea para pedirte que te quedes.
Desde aquí.
Desde el piso.
Porque lo que pintas puede ser una total polisemia pero tu mirada, no es más que la verdad sin las máscaras del loco.

Es ella.
Es él.
El azar compuesto de cataclismos y café.
[su]rrealidad y [sur]realidad.
No me importa si lo que me dice ya se lo ha dicho a alguien más.
Que sea verdadero es suficiente.
Existe.

Y aquí
Entre todas las personas.
De primera a segunda
De tercera a octogésima
Eres todo lo bonito que cabe en una persona.

Tanta gente regalando la luna y las estrellas.

Yo te regalo un volcán.
Una mesa de dibujo y una van.
Te regalos las teclas que no eran y las que siempre serán
Y la dicha de pegar la cara al cristal de la ventana cuando llueve, un domingo por la tarde.

domingo, 13 de octubre de 2013

jueves, 22 de agosto de 2013

"Di[verso]"

Un buñuelo y una chicha criolla.
Arroz con habichuelas desbordando la olla.

Ceviche de pescado y una caipirinha.
Ocho de tequila pero sin riña.
Una arepita con salmón.
Un matecito a las 5 y en la noche, ron.

Porque no existe el bien común. Ni mucho menos, el común denominador.
Ninguna jaula puede someter la libertad de una sonrisa.
Porque el espectro es muy bonito pero la realidad es muy distante.
Mientras la justicia es relativa, la libertad es absoluta.
Gritos contestatarios de una lucha romántica.
De un pueblo que añora.
De un pueblo que llora.

La espina dorsal heroica con ojos de cacao.
Que busca un hijo que la quiera, nunca un patriarca.
Un trabajador social, nunca un gobernante.

Esto solo será posible cuando se entienda.
Que el individuo y el colectivo van de la mano.
Que yo crezco con mis hermanos.
Y que la única igualdad es que todos somos diferentes.
Como el artesano que le tejió un collar al Roraima.
Y el fotógrafo que se lo puso.

Que la universidad no es la gallina de los huevos de oro.

Y que maldito está el que corrompe la lucha obrera.

La lucha de todo el que cree en el trabajo.

La cultura es lo que va a salvar las estrellas.
El arte es la sangre de la historia.

domingo, 4 de agosto de 2013

"Cuerdas"

Me quiero romper las manos.
Me quiero quebrar los puños.
Quiero desaprender y recomenzar.
Porque no puedo hacer ni un garabato.
Porque estos lápices me duelen y no me los puedo sacar de los ojos.
Y me asfixia la foraneidad.

Los abrazos pintados nunca son suficientes.
Una mamá alienada vale más que chaqueta de cuero.
Yo tengo las dos y no las uso.
¿Pero qué son las ilusiones sino tablones de madera, mojada por la llovizna, en este puente de mecatillo que es la existencia?

“Las cuerdas atan”
¿Qué pasa con la más cuerda de todas? la vida.
 La heurística por disponibilidad.

Las llamadas como hachas.
Los códigos de área y la geopolítica de una lágrima.
Las manos heladas.
La nieve en el pecho.

Daubentonia me señaló.
Y los tímpanos empezaron a destaparse.
Y entonces comprendí que la ausencia es más densa que el cerumen.
Pero la palma de cera se puede quemar.
Y al cóndor, lo puedo matar.

El mar de avena que se forma desde el tubo de pasta dental hasta la botella de ron rota.
Como dice el ángel parado de cabeza: “El problema es que se nos dañó la brújula”.
De la inexistencia de Dios, o de su incurable frivolidad.
El mundo jodido y tú preocupado por un maldito acentó.

Pese a todo, no le sueltes la mano.
Hay un solo túnel, sí.
Pero no es tuyo.

Es de ustedes.

viernes, 26 de julio de 2013

"Para: Noia"

Te veo en la televisión.
Donde, de por sí, debería dudar de tu existencia.
No debería ver televisión.

Las granadas no caen.
Son llevadas en camiones.
Pesan novecientos gramos.
Y sin embargo, no son suficientes.

Y tus tanques de mentira.
Y los cócteles de mentiras.
Y los látigos de mentiras que azotan la espalda de la idiosincrasia.
Que la han azotado por más de cincuenta años.

Hay los que pintan caras en las paredes.
Los que se venden por techo y trabajo.
Los que son “héroes” y se exilian.
Y abandonan la cara de su madre porque son grandes.

Porque los combatientes no tienen madre.
Porque la hipocresía no cabe en una lata de aerosol.
Porque los cuellos pulcros de los señores estaban llenos de smog.
Porque la estupidez tiene código de barras.

Desde el porche veo.
Que las convicciones duran menos que la batería de un Smartphone.
Muchas guerras de café y galletas.
Muchas sonrisas de poliestireno.

Alfred Sauvy era un pobre imbécil.
Por eso nadie se acuerda de África.
Pero es triste que el hijo de la tierra le grite a sus primos.
Y le pegue a sus hermanos.

La libertad es un problema filosófico.
La cultura es un analgésico discontinuado
El amor es una palabra que pelea con su definición.
El poder solo es poder. De plástico.

Mientras aumenta el precio y disminuye el valor.
Hay una duda importante al lado de la nevera.
¿Estamos para no morir?
¿O morimos para no estar?

sábado, 20 de julio de 2013

“(Reproduciendo) Los Optimistas – Artista desconocido”

Hacía mucho tiempo que no se despertaba temprano. Hacía mucho tiempo que no leía. De repente se apagaron las luces. Al compás de las deudas. Y con las rodillas muy juntas se pulsaban las cuerdas. Cuando llegó a su casa se rompió la frente. Cuando llegó a su apartamento se rompió el pecho. Y viceversa. “Esas cosas no pasan”. Fumaron marihuana. Desmenuzó una ciudad en la punta de su zapato. Se confundió y le besó la cintura mientras le abrazaba el cuello. Le regaló un ascensor. Le regaló un túnel de oscuridad. Más tarde se regalarían una escalera. Tembló. Tembló. Durmió caminando. No durmió. Argumentó y expuso sus ideas. Escuchó atentamente. Se rompían las cadenas. Luego vino la escalera. Pasaron los meses. No pasaron las horas. Pasaban mariposas. En el baño, en la cafetería. Una pluma en la calle. Se quitó un peso de encima. Sacó las alas rotas del armario. Las dejó encima de la mesa. Era demasiado cliché. Levantó vuelo sin alas. Levantó vuelo también. Mariposas en el día. Mariposas en la noche. Gatos en las puertas. Gatos en los estacionamientos. Camus y Cerati. Latte y Expresso. Agradecían por la ineficiencia del servicio eléctrico. Le pidió que cavara. Le pidió que no lo necesitara. Manejaba gritando. Se quitaba los feos lentes de los ojos y se los cubría de ciudad. Se montaba en la acera. Se montaba encima de él. Temblaba. Temblaba más. Hizo líneas sobre las líneas de su espalda. Se llamaron por su nombre. Con sus verdaderas voces. Se quitaron las máscaras. Le sudó la frente. Le sudaron las manos. Se mudaron juntos. No se iban a dormir porque se iban a extrañar. Le disparaba. Lo apuñalaba. Y viceversa. Nada fue bueno. Ni malo. Solo verdadero. “Los impulsos son proyecciones sinceras del alma. Es tu yo interno siendo lo menos hipócrita contigo mismo.” Destruyeron ochenta edificios. En Estados Unidos, en una prisión del estado de Indiana, dejan que los asesinos adopten un gato y lo tengan en su celda. Ellos tenían a todos los gatos. Y ya no hay más QUÉ contar. No QUÉ. POR QUÉ. Porque es su película, no un trabajo metodológico. Es su pintura, y las pinturas son infinitas. Es suya. De ambos. Es su canción. Y las canciones son para siempre.

viernes, 14 de junio de 2013

"El Dilema del Erizo"

Alguien con quien quemar el mundo.
Y bailar mientras las ciudades arden.
Y llorar mientras las ciudades arden.
Porque si decido lanzarme de un edificio.
De esos edificios de plástico.
No quiero que me detengas.
Quiero que te lances conmigo.
O que me abraces y que te quedes ahí mientras ves como la suela de mis zapatos se hace cada vez más pequeña.
Y que luego nos preguntemos por qué nos destruimos.
Y que luego nos volvamos a construir.
Porque somos libres y podemos construirnos ochenta mil veces de nuevo.
Los estilos de vida pueden separar a dos personas pero los estilos de muerte pueden unir a muchas más.
Así como un viaje en bicicleta sobre un camino de plumas y tractores.
Donde repentinamente aparece un ángel de cabeza.
Que me ofrece su sexo a cambio de condescendencia.
Le digo que no estoy interesado.
Y le ofrezco una licuadora.
El ángel me llora.
A su corazón roto lo remojo en un balde con zumo de limón.
Y lo dejo así.
Roto.
Porque las cosas rotas no se pueden volver a romper.
El karma es tan real como dios e incluso se excusan de la misma forma.
Y viene la lluvia, un aguacero.
Pero ella es un carro en movimiento.
Tú eres verano y lo único que importa está dentro de esta burbuja piramidal.
A pesar de la oscuridad, un dedo es suficiente para guindarse de un satélite.
A pesar de la oscuridad, puedo ver hacia adentro a través de las ventanas.
Así,
sin luz,
soy mío.

miércoles, 12 de junio de 2013

"Caída"

Cascadas de estrógeno. “Claridad”. Escribe(me). Dibuja(me). Destruye(me). Y encuentro unos labios rotos en el piso. Y los guardo en mi bolsillo para cuando te vaya a dibujar. Y te dibujo. Paso los labios y voy dibujando una cara en tu vientre. Y me fumo el monte de venus. Viajamos en el submarino de palma. En el submarino de la furia. Allá arriba pongo el deseo. “Arriba en el aire”. Y tú lloras por el destino. Por esos destinos. Destinos etéreos. Cada día te mueres. Cada día te resucito. “Pequeño mundo enfermo”. Y cada vez que te veo caer. Porque no sabemos cuánto pueden apretar tus muslos a los míos. Porque no sabemos cuánto podré aguantar con tu voluntariamente torpe respiración en mi nuca hasta que te arranque la ropa con los dientes. Hasta que te lleve a la luna. Es un gran salto desde el alfa hasta el omega. De la A a la Z. Del principio al final. Estoy esperando por ese momento final. “Pasa la yesca”. Enciende ese cigarro de momentos muertos. Y que las puntas de mis uñas sigan rozando la mezclilla. De abajo hacia arriba. Me pongo de rodillas y rezo. Que la confusión siga creciendo. Que sigamos sintiéndonos culpables e indiferentes. Seguiré envidiando al sabio. Su lugar. Mi lugar. Y entre maquinas vacías me pensarás día tras día. Y tu locura será peor. TE LO PROMETO. Quiero ser la maldita razón de que tus dedos toquen la guitarra. Porque encima de este papel rosado no reconozco mi letra. Porque encima de mí estarás tú y viceversa. La promesa de un abrazo. “Dices las palabras que no puedo decir”.

martes, 11 de junio de 2013

"De los que toman fotos"

Y la pluma que revienta sobre la pulpa de celulosa.
Wanderlust.
Y el encéfalo esparcido por toda la habitación.
Y los pedazos de caja ósea.
Y la moneda de una sola cara.
Y el terrorista que se vistió de mago diplomático.
Y el café que no se tomó.
Que no existió.
Y los pedazos de caja ósea que siguen cayendo.
Cayendo.
Cayendo.
Y la muerte mentirosa que te dice que no existe.
Que te dice que tienes control.
Y el tirano de mierda que con doce cadenas te someterá durante todos tus respiros.
Todos.
Y las notas lúbricas.
Y los acordes lentos.
Y la gramática.
Y la enigmática.
Y las lluvias crípticas y las no-tan-crípticas.
Y las historias porque-sí.
Y las ciudades porque-sí.
Y las cinturas de cocaína.
Y los colores.
Y las cinturas de fuego.
Y los sabores.
Y la moral, la ética y esas mierdas.
Y los trenes, los autobuses, los barcos, los aviones, los papeles.
Y el mate.
Y las botellas.
Y los fondos de las botellas.
Y el grafito.
Y las líneas de grafito.
Y las espirales de grafito.
Y los trancazos de grafito.
Tanto tiempo.
Y los árboles y las avenidas.
Y los minutos.
Y el segundo que no se puede pronunciar en un segundo.
Y el mundo real.
Y el mundo absurdo.
Y la demencia.
La demencia que invade cada pulgada de ti porque tu cuerpo es adicto a la demencia.
Porque la demencia te busca, te necesita y viceversa.
Porque la demencia te saca cuadros.
Gusto en conocerte.
Y las desapariciones.
Y los caleidoscopios.
Y los pseudoprofetas, los pseudorevolucionarios, los pseudofascistas, los pseudovisionarios, los pseudomártires, las pseudoputas y los pseudopoetas.
Y los hombres fríos, con ojos vacíos;
de piel dura y negra.
Los hombres sabios.
Y los gatos.
Y las gatas.
Y las gotas.
Y el triángulo, sobre todo el triángulo.
Y la jirafa en llamas.
Y la joven virgen sodomizada por su propia castidad.
Y el clítoris ardiente.
Y el clítoris goteante.
Y el clítoris emperador.
Y el carboncillo irrompible.
Y las mariposas en exceso.
Y las mariposas en el sexo.
Y el sexo.
Y la promesa del sur.
Y los gritos buenos.
Y los llantos malos.
Y las ganas.
Y ella.
Y el ello.
Y los últimos pedazos de caja ósea que caen al compás de un: “Hola”.

sábado, 8 de junio de 2013

"Bulimia"

Nada como un poquito de decepción pa’ refrescar el día.

Punto.

Benedetti se murió cuando supo que alguien más escribía esas cursilerías

Punto.

Bulimia lírica.

Media vuelta.

Aquí se te acaban las ideas. Aquí atraca la curiara.

Punto.

Es inútil, y da flojera.

Punto.

Pero es todo lo que nos queda.

Media vuelta.

La mitad del sol en un cielo y medio.

Punto.

Un cuarto de sol en 2 cielos.

Punto.

No hay sol en otro cielo.

Media vuelta.

Rayitas y óvalos.

Rayitas y óvalos.

Rayitas y óvalos.

Cierra.

miércoles, 5 de junio de 2013

"Gratitud"

Ella me ama y yo la amo a ella. Roy Chaderton es un imbécil fascista. El país se ha convertido en un bate de hache que tienen rato quemando y los niños piensan que sus escritorios son tanques de guerra. Se molestan, chillan y patalean. Y luego se van. “Pienso que deberías cortarte el cabello.” Sí, yo también he pensado en cortarme el cuello. Nunca te pongas a oler desinfectante. Perderás el tiempo.

"Voy a escribir hasta morirme. No lo digo cronológica sino causalmente hablando. Voy a escribir hasta morirme."

Una vez fui a un planeta donde los gobernantes escribían en hojas de papel higiénico. El problema era que se empeñaban en escribir con la mano izquierda, siendo diestros. A nadie engañaban. Hasta un pez tenía mejor caligrafía. Pero ellos seguían diciendo que eran zurdos.

"Soy lluvia y eres un carro en movimiento."

A veces pienso que la vida misma se defiende de la felicidad. La repele. ¿Cuál es el sentido de la vida? Uno es feliz una sola vez y, como si eso fuera un crimen, tiene que pagar por ello. Recordar ese momento y aceptar que no volverá jamás es el precio. Ese es el sentido de la vida. Pegar langostas vivas a las vallas publicitarias con cinta adhesiva.

La naranja es anaranjada en Mar del Plata, pero aquí es verderilla. Y la Kombi estacionada en el patio de mi edificio. La Kombi que nunca reparé. La Kombi que nunca tuve. El edificio en el que nunca viví.

A ese libro puedes amarlo y convertirlo en talismán de tu eterna adoración, o que sea para tí, más indiferente que un camino de matas de ixora en el jardín de una casa.

Pero lo cierto es que con él, no hay términos medios. No hay equilibrios. No hay balances. No hay grises.

Pero ella y ella no son la misma persona.

sábado, 1 de junio de 2013

"Punto Rojo"

Me duele la cabeza. ¿Te acuerdas de mí? Me duele mucho la cabeza. Sé que eventualmente me cansaré de los sueños de ron barato. No es tanto lo barato sino lo malo. Es el punto rojo de los rones. Y la cabeza me va a estallar, pero esta presión no se compara con la de una tarde de pases. De trancazos. El problema no es beber ron barato, el problema es lo que viene después. Siempre el problema es lo que viene después. Como con el blanco. Pero imagina que desaparecieran los después. Imagina que no pensaras en el futuro y realmente todo fuera el aquí y el ahora. ¿Qué sucedería? ¿Para qué vivirías si ese presente es mitad pasado y mitad futuro? Medio vivirías, y no es que vivas mucho de todas formas. Entonces los momentos ya no tendrían valor. Seamos sensatos, a nadie le importa solo el aquí y el ahora. Les importa lo que ello, les recuerde después. “¿Te acuerdas de mí?” Esos momentos de falso carpe diem los guardarás como trofeos en tu pequeña cabecita. Para recordar(te) que aprovechas el día. Para después convencer(te) de que solo te importa EL AQUÍ Y EL AHORA. Porque las cosas solo tienen verdadero valor cuando las comparas. Y cómo te gusta comparar. Ese fetiche infinito. Porque siempre podrás ser mejor o peor pero nunca dirás que estás donde quieres estar. Y menos sin pensar en el después. Decisiones. Me duele la cabeza. Ya no tengo sueño. De la misma manera en que ya no tengo diecinueve. Sigue comparando. Sigue disfrutando el aquí y el ahora. Sigue creyendo que el presente existe. A este punto confío más en la existencia de un pasado que en la de un futuro. Pero descuida. Al menos nos queda esta botella de ron barato. El problema es el después.

viernes, 31 de mayo de 2013

"Silla"

Querida verborrea:

Ella quiere una revolución… o en su defecto, un revolcón… como todo el mundo. Como todos los animales. ¿Verdad o libertad? Recipiente moderno de carne. La miseria mental y el hambre. Aquel día un guardia de seguridad mató un chigüire porque pensó que era una culebra. Oh, guardia de seguridad. Verdugo en la urbe del nuevo siglo. Herrores que son haplaudidos. Mataste a un chigüire. So pena, so error. ¿Guardia de seguridad o vigilante?.

El problema del humano con las palabras. Nunca las usa bien. Siempre las sodomiza. Las humilla. Las tortura y las deja dementes, vagar por la calle. ¿Qué palabras han sufrido más tortura?

Victorias indiferentes. Desgraciada hestupidez. “El carajo que eligió ser escritor en una generación que ya no lee”. Rayo en lo cínico. La salada muerte o el anhelo natural. Luna violeta de alquitrán. Burocracia de la suerte. Esta noche hay nieve en África. Esta noche hay luz solar. Pero por más que intento, solo soy otra línea en tu cuaderno. De esas líneas que no se jalan.

Todo lo que se busca. Todo lo que alguna vez se ha querido. Encerrado en una piel de papel. Quiero romper esta silla. Nunca en mi vida he rezado. No me sé ni el Padre-de-ellos. Nunca en mi vida he rezado, pero hoy sus ojos me tienen de rodillas.

Manos translucidas, frágiles como el cristal. ¿Cuánto cuesta un latido? Me da dos. ¿Una lagrima, una sonrisa? No tengo efectivo y tengo la vida sobregirada. Quiero romper esta silla.

No necesito caer, para saber dónde queda el piso. Pintaste mi mundo del color de tu sonrisa. Cuatro paredes pintadas de un color verde pálido, como el de las uvas criollas. Pero el techo se cayó y ahora todo está cubierto de tiza.

Y vivimos en un mundo de falsas dicotomías. A algunas personas, el tener muchos amigos no le garantiza inmunidad frente a la soledad. "A veces siento que Cortázar te hace mal", dijo la rata. Podría pasar el día entero lamiendo la punta de la llave. Gorila. Rayo en lo cínico. Espirales. Espirales. Espirales. Indiferencia instantánea en cinco gramos.

Esta vez no entendí casi nada de lo que escribiste.

Pero es así.

Nadie entiende.

Nadie va a entender.

martes, 9 de abril de 2013

"La Salada Muerte"

Tú, el del espejo
el que le quitas el candado a la bolsa
el que liberas el marfil ambivalente,
da tres pasos hacia atrás.
Saluda.
Que luego vendrá como una bufanda de penas,
como una chaqueta de calamidades,
y tú con las manos en los bolsillos
en el centro de Maracaibo.

Madame tentación, esa puta que se le ofrece a todos
pero que no fía nada. Siempre cobra.
Viene sosteniendo un mecate hecho de silencio,
mientras las alcayatas le sacan cuadro.
Y el hijo del verbo se balancea.
Se ríe, llora y patalea.
Se engaña.
Te miente pero no te engaña.
Le sabe a mierda.

Cincela una sonrisa en el agua.
Púlela, barnízala,
y vuelve a comenzar.

¿Vale la pena?
Pregúntate
Pregúntame
Vale el barranco en la frente
Vale el sudor de los dientes
Vale la dicha, así, bélica y toda.

jueves, 28 de marzo de 2013

"No me queda de otra"

Aquí estoy.
Te lo juro.
Y si todos solo fuéramos alucinaciones de dios
De un dios farmacodependiente.
En palabras de Sócrates (el viejo borracho que tiene
la bodega en la esquina), "no sé nada, y ni siquiera eso lo sé."
No hay perífrasis más hermosa que estos callos en los dedos de mi mano izquierda.
Y miro a través de esta botella verde y los números parecen más verosímiles.
Es la hora R5:d8.
No estoy borracho.
El mundo se cae; como cuando dejas mojando en exceso el casabe
porque te distrajiste mirando el chorro de agua.
El cielo se cae; y yo solo puedo apuñalar mis sienes con agujas de tejer.
!Salud! Por el trabajo. Por las velas y los velos.
Miel con frailejón por acá.
Frailejón con otra cosa por allá.
Yo no escribo para que me lean. Escribo porque no me queda de otra.
No te miro triste para manipularte. Te miro triste porque no me queda de otra.
No lloro para que me tengas compasión. Lloro porque no me queda de otra.
Y así, todas tus lunas.

martes, 12 de marzo de 2013

"Oda"

Cetro entre dedos
giro, puntada y vuelta
de bambú, aluminio o acero
nace la cadeneta.

Voluntad feliz y rebelde
quema espalda y pecho
una luz cardiovascularmente verde
una sábana de estrellas tu techo.

Arañas con apetito voraz
desmembrando injusticia
egoísmo y avaricia
tejiendo paz.

Sonrisa de leche y miel
mirada, de almendra y cielo
manos son el cincel
dan forma a tu anhelo.

Ángel que sufre y sonríe
brisa que lava el alma
motor de emociones rige
venas llenas de savia.

Amor por la tierra, puro
nombre arde en independencia
luz de luna fluye en esencia
cortina de trigo oscuro.

Ríe, llora, canta, sufre, grita, goza, habla, baila,
odia, imposible... ama, ama más.
un nombre, que como ya sabía
significa sabiduría.