jueves, 28 de marzo de 2013

"No me queda de otra"

Aquí estoy.
Te lo juro.
Y si todos solo fuéramos alucinaciones de dios
De un dios farmacodependiente.
En palabras de Sócrates (el viejo borracho que tiene
la bodega en la esquina), "no sé nada, y ni siquiera eso lo sé."
No hay perífrasis más hermosa que estos callos en los dedos de mi mano izquierda.
Y miro a través de esta botella verde y los números parecen más verosímiles.
Es la hora R5:d8.
No estoy borracho.
El mundo se cae; como cuando dejas mojando en exceso el casabe
porque te distrajiste mirando el chorro de agua.
El cielo se cae; y yo solo puedo apuñalar mis sienes con agujas de tejer.
!Salud! Por el trabajo. Por las velas y los velos.
Miel con frailejón por acá.
Frailejón con otra cosa por allá.
Yo no escribo para que me lean. Escribo porque no me queda de otra.
No te miro triste para manipularte. Te miro triste porque no me queda de otra.
No lloro para que me tengas compasión. Lloro porque no me queda de otra.
Y así, todas tus lunas.

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