martes, 16 de junio de 2015

"Otro cigarro"

Un cigarro dura más o menos diez minutos.
Cinco, si no puedes controlar la ansiedad.
El secreto de nuestro mundo moderno es aceptar que todo depende de saber exactamente cuan largo es un segundo.

Fuiste tan mía que me sentía tu primero, aun cuando cogíamos como si fuera tu último.

Solía ahorcar gatos; literal y figurativamente.
Lo más cerca que estaba de volver a besarte era fumar de tu cigarro.
Mientras me desangraba y la batería aumentaba el tempo de bombeo de mi corazón.
Gastaba cigarros cada diez minutos creyéndote mía, mientras escupías un luto que no existía, junto al esperma de otro.
Mis camas amanecían rotas por mis puños.
Las tuyas mojadas sin compasión.
El descaro disfrazado de confianza.
Tus falaces excusas sobre la costumbre.
"Remotamente".
Una perra moralista.
Una fría sombra de fuego.
Tu cabello rojo pineal.
No te dolerá más nunca ni aquí arriba, ni allá abajo.
Despecho instantáneo.
Y tu silueta desaparece cada vez más.

Siempre fuiste sombra.
Siempre fui un cigarro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario