miércoles, 12 de junio de 2013

"Caída"

Cascadas de estrógeno. “Claridad”. Escribe(me). Dibuja(me). Destruye(me). Y encuentro unos labios rotos en el piso. Y los guardo en mi bolsillo para cuando te vaya a dibujar. Y te dibujo. Paso los labios y voy dibujando una cara en tu vientre. Y me fumo el monte de venus. Viajamos en el submarino de palma. En el submarino de la furia. Allá arriba pongo el deseo. “Arriba en el aire”. Y tú lloras por el destino. Por esos destinos. Destinos etéreos. Cada día te mueres. Cada día te resucito. “Pequeño mundo enfermo”. Y cada vez que te veo caer. Porque no sabemos cuánto pueden apretar tus muslos a los míos. Porque no sabemos cuánto podré aguantar con tu voluntariamente torpe respiración en mi nuca hasta que te arranque la ropa con los dientes. Hasta que te lleve a la luna. Es un gran salto desde el alfa hasta el omega. De la A a la Z. Del principio al final. Estoy esperando por ese momento final. “Pasa la yesca”. Enciende ese cigarro de momentos muertos. Y que las puntas de mis uñas sigan rozando la mezclilla. De abajo hacia arriba. Me pongo de rodillas y rezo. Que la confusión siga creciendo. Que sigamos sintiéndonos culpables e indiferentes. Seguiré envidiando al sabio. Su lugar. Mi lugar. Y entre maquinas vacías me pensarás día tras día. Y tu locura será peor. TE LO PROMETO. Quiero ser la maldita razón de que tus dedos toquen la guitarra. Porque encima de este papel rosado no reconozco mi letra. Porque encima de mí estarás tú y viceversa. La promesa de un abrazo. “Dices las palabras que no puedo decir”.

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